Por José Olivares Espinoza
Militante PTR-CcC y Pan y Rosas -TF
Durante
el último tiempo hemos sido testigos de cómo la moral conservadora se inmiscuye
en las leyes de Estado, demostrando el poder de las cúpulas eclesiásticas por
sobre este; así sucedió con el proyecto de ley promovido por el parlamento de
Uganda, una polémica ley anti-gay, la cual condena a quienes sean sorprendidos
de incidir en el "acto homosexual", acusando a todxs quienes no
delaten a "homosexuales" a la policía, dicha ley no fue aprobada por
el presidente de dicho país, pero teniendo la salvedad de que "si bien los
homosexuales no son algo normal, aún así pueden ser rescatados con el
crecimiento económico del país". Algo similar sucede en Rusia tras haberse
aprobado en junio del año pasado la "Ley contra la propaganda
homosexual", la cual es promovida por la iglesia ortodoxa y condena todo
acto de promoción de las relaciones no-heterosexuales como un acto de
normalidad a menores de edad. Esto quiere decir que cualquier muestra de afecto
entre parejas del mismo sexo en lugares públicos o en presencia de un(a) menor
de edad será multado e inclusive castigado con penas de cárcel, esta polémica
ley ha causado revuelo a nivel internacional producto de las recientes
agresiones y persecuciones que han sufrido personas del colectivo LGTBI en el
país.
Pasando
por alto los avances logrados por la revolución rusa en materia de género y
sexualidad -por ejemplo aboliendo la penalización de la homosexualidad- los
mismos que fueron aplastados y olvidados por la burocracia stalinista, grupos
LGTB-fóbicos se han organizado bajo el amparo de dicha ley y han infundido el
miedo en las calles de Rusia, incluso tendiendo emboscadas a jóvenes
homosexuales quienes son contactados por internet para concretar citas, las
cuales terminan siendo un espacio de tortura física y psicológica. Las
agresiones típicas que se comentan -y que son difundidas libremente por
internet- cuentan de un "ritual" de "limpieza" en el cual los jóvenes homosexuales son
cubiertos de orina y de "castigo" penetrándoles con objetos
contundentes contra su voluntad y propiciándoles golpes... El gobierno de Putin
guarda silencio ante esto.
Los
distintos colectivos y activistas LGTBI en Rusia, tomando en cuenta la
realización de los juegos olímpicos de invierno, han buscado la manera de
visibilizar dichas agresiones de forma mediática, irrumpiendo en los lugares
donde se lleva a cabo dicha convocatoria, sin embargo, dichas acciones se ven
rápidamente intervenidas por la policía y por sectores conservadores de la
ciudad.
Algo
no muy distinto sucede en Brasil, lugar donde la LGTBI-fobia se ha hecho pesar
durante el último tiempo, grupos organizados han concluido sus acciones contra
el colectivo LGTBI con agresiones, violaciones e inclusive muertes, en sectores
de la ciudad de Sao Pablo se han reconocido grupos populares que propician
"linchamientos" como un castigo moral y popular a quienes demuestren
su afecto en público... En Chile una avanzada del conservadurismo propiciado
por sectores de la derecha y pequeños grupos organizados de corte neonazi buscan
cerrar puertas e infundir
miedo y odio en la sociedad. Se ve graficado en los últimos dichos de la
senadora electa de la UDI, Jaqueline van Rysselberghe quien claramente deja en evidencia
la visión de "anormalidad" de lxs no-heterosexuales, ratificando su
posición conservadora frente al tema, marginándonos mientras nos trata de
minorías; así la violencia es ejercida por los partidos políticos conservadores
de la burguesía, a través de la marginación, dejando en claro que de derechos
para lxs no-heterosexuales no se legislará ya que no está dentro de sus
intereses. Así también lo vimos con la muerte de Daniel Zamudio y
ahora en el último tiempo con la muerte de Esteban Parada, ambos jóvenes
homosexuales a quienes dieron muerte por no seguir un "conducto regular de
la sexualidad", ambos son casos que han salido a la luz pública, muchos
otros esperan en silencio.
La
avanzada del conservadurismo a nivel internacional busca castigar, controlar y
extinguir toda forma de sexualidad que se escape a la establecida como
"normal" bajo la visión de las iglesia. Una sexualidad que a primeras
luces no entregue una re-producción de capital de trabajo -como son vistas las
personas, simples números- es condenada por los grandes sectores económicos ya
que "atentan" contra el capital, al mismo tiempo que se generan
espacios "gayfriendly" donde la sexualidad se transforma en una
cuestión de consumo y cosificación, lugares "amistosos" con lxs
no-heterosexuales porque se transforman en "aporte" al capital,
espacios cerrados que devuelven a la sexualidad al espacio de lo privado
manteniendo así un control moral.
Así,
la no-heterosexualidad se transforma en una cuestión económica -quién posee el
dinero necesario puede generar un espacio de convivencia "pacifica"
con lxs opresorxs- y moral, así la discriminación y la opresión se transforman
en una cuestión real, vívida y latente en la sociedad.
Es
por esto que es necesaria la organización para dar cara y vencer ese control
moral y económico con carácter de clase que nos golpea día a día, a lxs Trans
sin tener derecho a trabajar y a todxs lxs no-heterosexuales pobres sin derecho
a amar, En Rusia, Uganda, Brasil y Chile (por nombrar algunos países) “la
homolesbotransfobia, como forma sistémica de opresión, forma un entramado muy
tupido con el resto de formas de opresión, está imbricado con ellas, articulado
con ellas de tal modo que, si tiras de un extremo, el nudo se aprieta por el
otro, y si aflojas un cabo, tensas otro. Si una mujer es maltratada, ello
repercute en la homofobia de la sociedad. Si una marica es apedreada, ello
repercute en el racismo de la sociedad. Si un obrero es explotado por su
patrón, ello repercute en la misoginia de la sociedad. Si un negro es agredido
por unos nazis, ello repercute en la transfobia de la sociedad. Si un niño es
bautizado, ello repercute en la lesbofobia de la sociedad”1.
1: Paco Vidarte, "Etica Marica".
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